Astrología, una ciencia milenaria que sigue vigente

 “Lo mismo es arriba que abajo; el Macrocosmos y el Microcosmos, del átomo al Universo; de la célula al cuerpo; así todo es igual sin principio ni final”

Cuando nacemos, en el momento justo de nacer, al realizar la primera respiración; un mapa cósmico se pone en funcionamiento, este mapa condicionará nuestra vida.

No se trata de que el destino estará trazado, sino de que contaremos con ciertos talentos y cierta personalidad para ir creando los acontecimientos de nuestra existencia. Y ninguna será igual, cada humano creará la suya, pero, en conjunto, todos estaremos relacionados.

Somos energía densa y, como tal, estamos sujetos a que la energía que nos rodea interaccione con la nuestra propia.

Toda la energía del Universo se esta relacionando constantemente una con otra, creando enlaces y abandonando otros. Todos los sistemas energéticos influyen en los demás, en mayor o menor medida según sea su tamaño, la distancia a la que se hayan o su potencia.

Desde muy antiguo se descubrió que los cuerpos celestes influían en nosotros de la misma manera que la Luna influye en las mareas. El estudio de estas influencias dio lugar a la astrología.

En el momento de nacer, es como si fotografiásemos las posiciones de los astros en el cielo y tuviéramos esta fotografía por bandera, allí están grabado nuestros errores pasados, nuestra nueva misión, todo lo que nos podemos encontrar, lo que podemos hacer, y lo que no deberíamos hacer, el triunfo y el fracaso, el amor y el dolor y por fin la muerte.

Pero esto no es sino el conjunto de herramientas con el que contamos para realizar nuestro proceso. El destino no está trazado de antemano, sino que lo construimos día a día, con esas herramientas. Es lo que llamamos libre albedrío.

Este libre albedrío viene a ser como el actor de teatro que tiene que representar una obra y es tan buen actor que puede desempeñar cualquier papel, el director le da la opción de elegir el papel que quiera representar, pero lógicamente dentro de esa obra y no de otra.

Este ejemplo, trasladándolo a la astrología vendría significar, que el ser humano, puede elegir un camino u otro, pero dentro de los caminos que tiene en su elección, hay uno o varios objetivos a cumplir, el conjunto de ellos sería toda la obra.

Las cualidades que tendremos en una encarnación, en unos será la bondad, en otros, más inteligencia, en otros, poca voluntad, en otros, humanitarismo, en otros genios, etc. En definitiva, un conjunto de talentos, virtudes y defectos que nos ayudarán a desempeñarnos en la vida y sus posiciones planetarias así lo reflejarán.

Sabido es que la Luna y el Sol influyen en las mareas, las cosechas, la madera, etc., pero, también, en el comportamiento humano, en los partos, en los líquidos en general, en los peces, los mariscos, los movimientos sísmicos, geológicos, etc., sobre todo la Luna y el Sol. Pero, también lo hace el resto de los planetas y estrellas que pueblan nuestro sistema solar, así como otros más lejanos, aunque su fuerza sea menos evidente.

Sabido es que el Ser Humano al igual que los vegetales tienen un elevado porcentaje de agua (en el Ser Humano del orden del 80%).

El agua es una sustancia en estado líquido a la que le resulta muy fácil recibir emisiones energéticas, y tiene mucha capacidad para almacenarlas. En ella existe un ir y devenir de energía cuyo su origen es cósmico producido por la emisión constante de los planetas; y esa energía se potenciará o disminuirá en el agua que contenemos, dependiendo con la intensidad que llegue.

Pero, aunque en el agua sea más comprensible por lo evidente, si tenemos en cuenta que todo nuestro cuerpo no es más que átomos muy juntos en perpetuo movimiento, tomaremos consciencia de que solo somos un aglomerado de energía que constantemente interacciona con la energía exterior. Por lo tanto, tanto los cuerpos más densos que nosotros como los más sutiles, también nos influyen.

Si pudiéramos medir (cosa en algún momento llegará) la energía que tenemos al nacer, se observarían, con el pasar del tiempo, las influencias de las que nos habla la Astrología.

No es posible demostrar empíricamente todavía que esto sea verdad, pero si podemos observar sus efectos.

Si un Ser Humano al nacer recibe un porcentaje de energía de cada planeta, siendo dicho porcentaje, mayor de unos planetas que de otros, debido a su posición en el espacio, esto conformará una personalidad y unas capacidades determinadas.

Para el estudio de las influencias planetarias sobre nuestra Tierra y sobre el Hombre es evidente que hay que situarse desde un punto de vista geocéntrico, o sea, como si nuestra Tierra ocupará el centro del Sistema Solar. Por consiguiente, debemos observar los efectos de los diez factores celestes siguientes: Sol, Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón, que son los más próximos a nosotros. Aunque muchos astrólogos estudian unos pocos astros más.

A lo largo de la historia, el Ser Humano ha tratado de interpretar los signos que, según él, podían ofrecerle una visión del futuro. 

Nuestra habilidad para predecir está limitada por nuestro incompleto conocimiento de cómo funciona el mundo y el universo y de que mecanismos estimulan la acción y la reacción humana.

Recordemos la existencia del libre albedrío: el grado en que nuestros actos son producto de una decisión consciente y de cómo ejercitamos esta libertad de actuación.

Los astrólogos serios siempre han aceptado estas limitaciones. Predicen tendencias más que acontecimientos, trabajando sobre amplios espacios de tiempo más que ofreciendo fechas específicas. Por eso, no se debería contemplar la astrología como una herramienta predictiva, sino que actúa como una advertencia, esto es, lo que se encuentra en nuestro mapa particular en cuanto a los obstáculos o los momentos propicios que nos podemos encontrar en el camino, para poder evitarlos o aprovecharlos.

También existen mapas colectivos. Por ejemplo, según el lugar donde vivimos o la generación a la que pertenecemos.

Por eso, generalmente, cuando alguien cambia su lugar de residencia, suelen cambiar algunas de las situaciones que se encontrarán en el camino.

Por desgracia, muchas personas que se dedican a la astrología, por desconocimiento, falta de comprensión o mala voluntad, pretenden utilizar la astrología como una herramienta de adivinación, cosa que no es en absoluto. Y todo esto ha perjudicado y perjudica a los estudios serios realizados por los astrólogos serios.

 

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