Todo es vibración dice el Kybalión.
Todo lo que existe vibra: cada átomo, cada célula, líquido, gas, piedra, planta, cada ser vivo, cada símbolo.
Todo emite una vibración.
En esencia todos somos vibración que según su frecuencia se manifiesta, según su densidad, como materia (en cualquiera de sus formas), cuerpo, sonido, olor o color.
Si nos paramos a contemplar, sentir, escuchar, oler o mirar de verdad, podemos contactar con esa esencia de nosotros mismos y de todo lo que nos rodea.
En la búsqueda por saber quiénes somos y cómo contactar y comunicar con la divinidad y las entidades que están en otros planos de existencia, se emplean en tradiciones muy antiguas el uso del sonido.
Personalmente, estoy convencida de que las grandes piedras monolíticas, megalíticas o las de la Pirámides, se trasladaron y se colocaron en su lugar mediante el sonido, con sacerdotes o chamanes emitiendo al unísono el mismo sonido vibratorio.
En las últimas décadas hemos empezado a redescubrir e integrar la sabiduría del sonido al mundo occidental y a aplicarlo al desarrollo personal, el autoconocimiento, la sanación y la apertura espiritual.
Los Magos la conocen desde siempre, nunca la olvidaron.
Para ello utilizamos la voz, antiguos instrumentos tradicionales, como los cuencos tibetanos, los gongs, y otros de más modernos.
Estos instrumentos tienen en común una enorme variedad de tonos armónicos y unas vibraciones que nos conmueven profundamente.
Aplicados con intencionalidad pueden abrir el camino para acercarnos a nuestra esencia, a nuestra energía, a nuestro cuerpo y a nuestras emociones. Estas aplicaciones son las más conocidas popularmente. Pero, hay mucho más.
La Física cuántica, que, afortunadamente, ha llegado para redescubrir los principios que los antiguos nos explicaban con palabras de su época, nos demuestra que las partículas que componen todo lo que existe y conocemos (por el momento), son, en esencia, vibración.
El sonido es imprescindible para la Magia.
A pesar de que muchas tendencias pseudomágicas nos hablan del poder de la mente y nos dicen que basta con la intención mental, el sonido es un arma imprescindible para practicar la auténtica Magia.
El sonido es el catalizador que acelera y potencia nuestras intenciones. Armonizan los desequilibrios al liberar los bloqueos físicos, emocionales y energéticos que encuentran a su paso.
El camino del sonido nos ayuda a tranquilizar o a alterar la mente. De la misma manera, influye sobre cualquier otra cosa que vibra.
Recordad el experimento musical, en el cual, el hacer que una nota vibre en un instrumento, provoca que la misma note vibre en otro instrumento en otra estancia cercana sin que se halle nadie presente.