Aún cuando las formas geométricas complicadas son muy llamativas y elegantes, los diseños arquitectónicos muy irregulares tienden a generar alteraciones negativas en la circulación de la energía de las viviendas.
Siempre son preferibles las formas simples, cuadradas o rectangulares, muy compactas que le garanticen una buena distribución energética.
En cuanto a la fachada, pídele a tu arquitecto que la fachada sea inconfundible, que esté bien definida. Esta debe ser la zona más Yang de la vivienda y con eso se evitará que la misma caiga en lo que se cataloga en el Feng Shui como frentes competitivos.
Cuando las construcciones tienen muchos lados Yang el patrón energético se comporta errático.
Así como la fachada debe ser muy Yang, el asiento debe ser sólido y estable para que retenga la buena energía. El asiento o fondo de la casa nunca debe competir con el frente en entrada de energías.
La energía debe entrar por el frente con fuerza y salir por el fondo suavemente después de haber efectuado un suave recorrido por la casa. Esto es lo que va a garantizar la estabilidad y bienestar emocional a sus ocupantes.
El centro de la edificación es su corazón, el tai chi, el equilibrio. Por eso no debe ser perturbado, necesita estar despejado. Evita que te coloquen baños o habitaciones en el centro.
Por último, la entrada debe ser amplia para recolectar el Chi, retenerlo, transformarlo si es necesario y que se distribuya suavemente.