Este modelo de tiempo es el que mueve la sociedad actual y se basa en un comienzo y final de los tiempos. Este modelo sustituyó al tiempo cíclico de la antigüedad por medio de la religión. Se usa desde la aparición de las tres religiones principales en el mundo occidental: judía, cristiana e islam.
Ello surge de la idea de la creación, por la cual, todo lo que existe había tenido un principio: la creación y todo tendrá un final cuando llegue el fin de los tiempos.
Así mismo, la consideración de que la vida de cual ser vivo tiene un principio cuando nace y un final cuando muere, facilitó que este concepto fuera rápidamente admitido.
Stephen Hawking en su “Breve historia del tiempo” parece reforzar esa idea cuando dice que el principio del Universo fue el Bing Bang. Sin embargo, en esa misma obra termina por admitir que habría tres clases o “flechas” de tiempo.
Primero, el lineal con un principio y un final.
Segundo, el cíclico en el que todo empezaría y terminaría cíclicamente para volver a empezar un nuevo ciclo idéntico al anterior.
Tercero, el psicológico que nos permite distinguir el pasado del futuro y que es al mismo tiempo lineal y cíclico.
En el tiempo lineal nada volvería repetirse puesto que el pasado ha quedado irremediablemente atrás.
Nuestros calendarios actuales que datan de la época romana, con variaciones, están basados en el modelo lineal. Sin embargo, podemos observar que año tras año, los meses se repiten, lo cual nos permite darnos cuenta de que el antiguo modelo de tiempo cíclico no ha podido descartarse del todo.