Probablemente la primera forma de magia que empezó a utilizar el ser humano es la magia por analogía. Pero… ¿en qué consiste?
Este tipo de Magia se basa en la creencia de que lo similar atrae a lo similar. Parece una tontería, pero no lo será tanto cuando miles o millones años después lo seguimos utilizando.
Para poner un ejemplo conocido de cómo funciona, fijémonos en el Vudú. A grandes rasgos, los magos del Vudú, hacen un muñequito de crea o de otro material, le añaden algo que pertenezca a la persona sobre la que quieran influir (pelos, por ejemplo) y a partir de ahí actúan sobre ella. Lo más conocido por haberlo visto en las películas, es clavar alfileres en distintas partes del muñeco.
Sírvanos esto como ejemplo, pero vamos a cosas más normales.
En la Edad de Piedra, los antiguos habitantes de las cavernas pintaban escenas de caza en las paredes de las cuevas. Aunque lógicamente esto es una hipótesis porque nada nos ha quedado escrito, creemos que estos dibujos debían realizarlos los magos de la época para influir mágicamente en las cacerías y lograr que los cazadores de la tribu consiguieran buena caza.
La más antigua medicina se fijaba en la forma de las plantas para curar las enfermedades o para conseguir uno u otro efecto. Por ejemplo: la Mandrágora, planta altamente tóxica, se utilizaba tanto en rituales mágicos como para la sanación, en la creencia de que su raíz tiene forma humana. La leyenda dice que grita cuando la arrancan de la tierra.
Por otra parte, los primeros sanadores de la especie humana se fijaban en la forma de las hojas, de las flores, etc. para aliviar una u otra dolencia, en función de la forma del órgano que les sugería. Resulta muy curioso que, en nuestros días se ha verificado que, efectivamente, muchas, por no decir la mayoría, de las plantas utilizadas por analogía desde la más remota antigüedad tienen propiedades químicas que actúan sobre la enfermedad para la cual la destinaban.
Haciendo un paréntesis porque lo que voy a describir a continuación no es magia, sino una terapia alternativa, las Flores de Bach siguen ese principio.
Su creador el Dr. Bach, tuvo la idea de que las plantas que sobrevivían en determinadas condiciones, debían tener, en su composición, sustancias que les ayudaban a soportar ciertas situaciones. Por ejemplo: humedad o calor extremo, demasiado sol o carencia de éste, etc.
Con esa idea en la cabeza, dedicó su vida a buscar plantas capaces de sobrevivir en ambientes en que los seres humanos no lo eran y les provocaba enfermedades.
En la época, lógicamente, sus colegas le tachaban de loco y algunos de mago.
La realidad es que esa idea de origen mágico por analogía le llevó a descubrir las propiedades de lo que hoy llamamos Flores de Bach que ya han sido aceptadas en el mundo científico.
La Homeopatía fue descubierta de forma parecida.
Así pues, puede que esta idea no sea tan descabellada como mucha gente cree.
La más sofisticada de la Magia por analogía es el empleo de símbolos. Estos hablan directamente al subconsciente y, aunque la razón y el cómo se formaron los símbolos se pierde en la noche de los tiempos, todas las personas reaccionan ante ellos de manera similar.
La Magia más elemental, como el empleo de símbolos, piedras o plantas en talismanes o amuletos tiene su base primordial en la Magia por analogía.