Tarot Falconier

Esta baraja de Tarot debe su origen a un libro del ocultista francés llamado Jean Baptiste Pitois, más conocido por su pseudónimo Paul Christian. Era discípulo de Eliphas Lévy. Nació en 1811 y el libro en cuestión, titulado “El hombre rojo de las Tullerías”, en 1863, relacionaba el Tarot con la astrología, haciéndolo descender también del antiguo Egipto.

Este libro es un ensayo en forma novelada. En él, dice que el Tarot formaba parte de un Rito de Iniciación en el Egipto antiguo y que relacionaba las cartas con las energías astrológicas que iba recibiendo el iniciado.

Sin embargo, Paul Christian no diseñó ningún mazo de Tarot.

Había en la época otro ocultista célebre de nombre Stanislas de Guaita que había encargado a un artista de la época, Maurice Otto Wegener las ilustraciones para su libro: “Las XXII láminas Herméticas del Tarot adivinatorio”.

Basándose en esta ilustración y ambos libros, el de Christian y de Guaita, un seguidor de ambos manda diseñar el mazo de Tarot que lleva su nombre: René Falconier.

Falconier hace una mezcla entre las ideas de uno y de otro, les da forma egipcia, aporta un poco de su cosecha y ¡ta chán! nace el Tarot Falconier. Aunque también es verdad que el ilustrador también añade su granito de arena y no sigue exactamente las indicaciones de Falconier. Pero, en su conjunto, debieron ser del agrado de su creador.

Tampoco es una baraja de Tarot que se utilice mucho en nuestros días.

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