El Tarot es una baraja de cartas extremadamente curiosa. A primera vista, podría pasar por un juego más de entretenimiento. De hecho, hay un tarot que sirve para jugar como cualquier otra baraja normal. Pero el verdadero Tarot es un compendio de sabiduría. Humildemente, pienso que se le dio esa forma, precisamente para que pasara desapercibido y pudiera perpetuarse en el tiempo.
Origen del Tarot
El origen del Tarot es incierto. Hay muchas leyendas en torno a él, incluso se le hace descender de un libro confeccionado por el mismísimo dios egipcio Thot. Pero, la realidad es que no tenemos ninguna prueba ni constancia de que eso sea así.
La primera baraja de Tarot de la que se tiene constancia data del siglo XV y fue creada en 1442-1447 por un pintor anónimo para los Visconti-Sforza, la familia dominante de Milán. Eso hace suponer que su origen fuera anterior y que la familia Visconti-Sforza estuviera interesada en ello, razón por la cual se hicieron confeccionar uno propio. Pero cualquier origen que se le pretenda dar al Tarot, por ahora, no es más que pura especulación. El misterio rodea a este conjunto de símbolos que utilizamos como una herramienta cuya eficacia explicaré a continuación.
Aunque hay Tarots con diferentes números de cartas en su composición, el más utilizado y más completo tiene 78 láminas denominadas arcanos. Estos, a su vez, se dividen en 22 arcanos mayores y 56 menores.
Cada lámina contiene una serie de símbolos. Los símbolos son imágenes que tienen la capacidad de “hablar” directamente al subconsciente.
Aunque a mucha gente le parezca increíble, la mente humana no se limita a lo que vemos y tocamos, sino que es capaz de sentir vibraciones y energía que es invisible a los ojos. De esa forma, de alguna manera misteriosa (por el momento), la mente es capaz de ordenar las cartas para darnos explicaciones, mediante los símbolos, cuando les hacemos preguntas. En realidad, se podría decir que nos estamos respondiendo a nosotros mismos. O mejor dicho que nos responde nuestro propio subconsciente. El tarotista es simplemente un mediador, conocedor del significado de los símbolos, que interpreta éstos para nosotros.
Tarot adivinatorio
Popularmente, el tarot se utiliza como un medio de adivinación, pero esto es un gran error. Si admitiéramos que el Tarot predice el futuro, estaríamos admitiendo que el futuro ya está escrito y que no lo podemos cambiar. Sin embargo, no es así, cada persona va creando su camino con sus decisiones diarias.
¿Si no es adivinatorio, que es?
Si partimos de la base que todos tenemos en nuestro interior una forma de conocimiento de la que no somos conscientes y a la que popularmente llamamos intuición, el Tarot sería la forma en como nuestra intuición nos manda mensajes en forma de símbolos. Si, por ejemplo, el tarot fuera enseñado en la escuela como un sistema de códigos parecido a como enseñan las matemáticas, todos seríamos capaces de interpretar el tarot. Desgraciadamente, no solo no se enseña en la escuela, sino que, además, es menospreciado y despreciado.
Por ello, para interpretar los mensajes del tarot se necesitan especialistas, personas que se han preocupado por estudiar estos símbolos y las relaciones que se establecen entre ellos.
Por desgracia, no todas las personas que interpretan el tarot entienden que esos símbolos están ligados fuertemente al subconsciente del consultante y que las respuestas no deberían adivinatorias sino un conjunto de consejos y advertencias sobre la tendencia del camino que está tomando el consultante en ese preciso momento y que eso puede variar.
El Tarot puede ser una herramienta eficaz en las manos adecuadas y un completo desastre en manos inexpertas, ignorantes o con malas intenciones.
Sin embargo, en las manos adecuadas son una guía espectacular y valiosa para indicarnos en qué momento nos encontramos en nuestra vida, las encrucijadas que se nos presentan, la tendencia que llevamos y las opciones que tenemos a la hora de hacer elecciones, teniendo siempre en cuenta que el camino se forma con cada uno de nuestros pasos.